‘Seducción a la Carta’, cocina con raíz, actualidad y versatilidad
Dos espacios diferentes donde se expresan sensaciones gastronómicas y ambientales muy tentadoras
Luminoso comedor a pie de calle, cocina de producto con sensibilidad vanguardista, guiños audaces y un lounge-bar interior con sugerentes tapas y emoción coctelera
La eficacia del servicio contribuye tanto como la calidad culinaria al éxito de un lugar cargado de iniciativas
Acaba de abrir y se instala en la diversidad gastronómica. Seducción a la Carta (Infanta Mercedes, 31, teléfono 915 99 64 96) está configurado en dos zonas y cada cual define un modo de disfrutar. Recibe con un salón restaurante funcional, vestido en forma y concebido en interiorismo industrial, dotado de un semi-reservado lateral, junto a la cocina. Un amplio pasillo, flanqueado por una vinoteca dotada de curiosidades enológicas que vale la pena curiosear, conduce al área chill-out. Amueblada con mesas bajas y altas que prolongan las sensaciones de una larga barra de coctelería y tapas, con la compañía de diversos maniquíes que acomodan distintas exposiciones de moda.
Se trata de un espacio de altos techos y caprichosa ambientación metálica y veladas transparencia escénicas, propicio al aperitivo, debido al amplio repertorio de cocteles que propone. También el ágape de tapas y de raciones compartidas a deshoras o la animada expansión del after-work o el chil-out.
Buenaventura García (sumiller en El Amparo y director en Higinio’s) y Ángel Sánchez (maître en Casa Matías, Aspen o Westing Palace), están asociados en la iniciativa y la atienden en directo. Expresan en su dirección de sala un profesionalismo impecable y desacostumbrado, todo un plus de confianza para el cliente. El veterano y eficaz chef Eloy Monzón, cuya trayectoria ha transcurrido al frente de fogones célebres como Castello 9, Puerta 57 y El Puchero, es el responsable de una cocina fundamentada en la renovación estacional y el producto seguro e inmediato. Junto a él, Javier Montes, un joven chef formado en la escuela donostiarra de Luis Irízar y entrenado en numerosas experiencias en fogones cosmopolitas de Bélgica o Japón.
La conjunción de ambos estilos permite disfrutar, por separado o simultáneamente, de aperitivos tradicionales como la ensaladilla o los ahumados, junto a tatakis o ceviches de sazón atrevida; de los castizos soldaditos de Pavía al punzante tartar de atún.
Entre las especialidades, oportuna menestra de otoño, singulares huevos con carabineros, infrecuentes escalopes en salsa perigordini de foie y trufa, un excelente rabo de toro guisado a la antigua, pleno en sabor, pero bien descargado de densidades o la perdiz roja que evidencia la sensibilidad para la caza que ya expresara el chef a su paso por Castelló 9. También merluza en la modalidad deseada por el cliente, chipirones encebollados, competentes callos a la madrileña o cortes de carnes rojas bien seleccionadas, pluma ibérica y guisos de pollo de corral. Y entre los platos de cuchara en carta, casi indispensables por estas fechas, unos suculentos judiones de La Granja, sedosos de piel y mantecosos de sustancia, una especialidad impecable.
Durante los días laborables, buena parta de la seducción gourmet del lugar nos distrae de la carta y la cocina propone platos únicos, como las lentejas estofadas, bullabesa al estilo de Marsella, ricos arroces caldosos, cocido a la madrileña o pochas con codorniz, cuya secuencia protagonista, de lunes a viernes, conviene consultar con el fin de conocer cualquier nueva iniciativa ajustada al mercado y la temporada.
‘Seducción a la carta’, cuyas puertas se abrieron en octubre, se consolida además como un punto de encuentro entre la gastronomía, el arte y la moda. Un espacio en el que contemplar obras de arte renovadas con frecuencia, incluso disfrutar de una pasarela de moda mientras disfrutas de sabores arraigados, donde la calidad de las materias primas se hacen notar.
Además de su apetecible oferta gastronómica, hace una fuerte apuesta en su carta de vinos, reflejo de la importancia que desde el restaurante se concede a las catas y al maridaje para un mayor disfrute del comensal. También destaca especialmente su carta de cócteles, por el completo abanico de sugerencias que ofrece el experto Fernando López, joven barman cuya reciente trayectoria profesional en Londres y acreditada sensibilidad para la preparación de angosturas originales, le proyectan como uno de los grandes mixólogos de Madrid, en un espacio particularmente apropiado para disfrutar de un after work o de una velada relajada en buena compañía.
El restaurante y el salón chil-out, de altos techos y un estilo industrial chic, juega con las luces y las sombras a través de sus tonos negros, blancos y metalizados. Un ambiente ideal en el que disfrutar de las colecciones de arte y moda itinerantes que decoran sus estancias… con el paladar en activo.